Se va cogiendo un puñadito de sal, se frota con un tiza de color y se va echando dentro de un recipiente de cristal. Después se coge otro puñadito de sal, se frota con tiza de otro color diferente y lo vamos echando también en el tarrito.
Así vamos frotando con diferentes colores los puñaditos de sal y los introducimos con cuidado de que no se mezclen, quedando un bote muy decorado y alegre de muchos colores.
Para cerrarlo es importante que esté lleno del todo y se recomienda ponerle algodón para presionar la sal hacia abajo (para que no se mueva).
Finalmente, podemos decorar la tapadera poniéndole un trapito, un trozo de papel decorado... ¡Como más os guste!
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